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La salud bucodental es un importante problema de salud que también afecta a las actividades sociales de una persona. Una dentadura bien cuidada refuerza la confianza en uno mismo. Esto puede conseguirse sin duda cuidando la salud oral y dental.
Las enfermedades dentales y de las encías figuran entre los problemas de salud más importantes de nuestro país y del mundo. Sin embargo, no se les da la importancia debida porque no amenazan directamente la vida.
La boca es la entrada al tracto digestivo. Las negatividades en la boca provocan el deterioro de la salud dental y efectos negativos en la digestión. Los alimentos que ingerimos por la boca se mastican, se mezclan con la saliva y se preparan para la deglución y la digestión. La boca también ayuda a hablar. La lengua, que es el órgano del gusto, también tiene funciones secundarias muy importantes, como masticar, tragar y hablar.
Además de su función de descomponer y triturar los alimentos, los dientes influyen mucho en nuestra forma de hablar y en nuestro aspecto. A las personas a las que les faltan dientes les resulta difícil emitir determinados sonidos y tienen dificultades para masticar y/o morder. Los primeros dientes de leche que salen durante el desarrollo de la dentadura son sustituidos posteriormente por los dientes permanentes.
Las dos enfermedades más importantes en la salud bucodental son la caries dental y la gingivitis. En ocasiones, las enfermedades de las encías pueden tener un efecto progresivo hasta fundir el hueso maxilar donde se encuentra el alveolo dentario. El deterioro de la salud dental también puede afectar a otros órganos del cuerpo. Los dientes pueden convertirse en un foco constante de infección que afecte negativamente a casi todos los sistemas y ser el origen de infecciones que pueden causar importantes problemas de salud en estructuras como el corazón, los riñones, las articulaciones, etc.
La ausencia de defectos estructurales y funcionales en la boca y los dientes, así como la capacidad de la boca y los dientes para desempeñar plenamente sus funciones, indican la presencia de “salud bucodental”.
El diagnóstico precoz es muy importante para las enfermedades dentales y la protección de la salud dental. Por ello, se recomienda ser examinado por un dentista al menos dos veces al año.
En la prevención de la caries, una cantidad adecuada de flúor en el agua, cepillarse los dientes con regularidad, utilizar hilo dental, evitar en la medida de lo posible los alimentos excesivamente dulces y azucarados, cepillarse los dientes al comer y acudir a los controles del dentista son las prácticas básicas. El cepillado de los dientes y las revisiones dentales periódicas también son importantes para prevenir las enfermedades de las encías.
Si existen trastornos en el desarrollo de los dientes, se debe proporcionar el tratamiento necesario acudiendo a unidades especializadas en ramas especiales de la odontología en una fase temprana.
Los alimentos excesivamente ácidos y azucarados aumentan el efecto de los microorganismos. Los dientes no deben mezclarse con objetos duros, frutos secos, nueces, etc. Los alimentos con cáscara no deben romperse con los dientes. Éstos hacen que el esmalte dental se agriete y aumentan el efecto de las bacterias. El efecto protector del esmalte dental desaparece.
El diagnóstico precoz es muy importante para las enfermedades dentales y la protección de la salud dental. Por ello, se recomienda ser examinado por un dentista al menos dos veces al año.
En la prevención de la caries, una cantidad adecuada de flúor en el agua, cepillarse los dientes con regularidad, utilizar hilo dental, evitar en la medida de lo posible los alimentos excesivamente dulces y azucarados, cepillarse los dientes al comer y acudir a los controles del dentista son las prácticas básicas. El cepillado de los dientes y las revisiones dentales periódicas también son importantes en la prevención de las enfermedades de las encías.
Si existen trastornos en el desarrollo de los dientes, debe proporcionarse el tratamiento necesario acudiendo a unidades especializadas en ramas especiales de la odontología en una fase temprana.
Los alimentos excesivamente ácidos y azucarados aumentan el efecto de los microorganismos. Los dientes no deben mezclarse con objetos duros, frutos secos, nueces, etc. Los alimentos con cáscara no deben romperse con los dientes. Éstos hacen que el esmalte dental se agriete y aumentan el efecto de las bacterias. El efecto protector del esmalte dental desaparece.